Los Orígenes de la Corrupción Oficial

La corrupción fue un fenómeno poco conocido en occidente hasta el siglo XIX. En sistemas feudales, todo pertenece al soberano, y los frutos del poder se distribuyen tras redes de patrocinio con el consentimiento del mismo. Hasta recientemente--para no decir ahora--la corrupción en República Dominicana es el descendiente de este sistema, con una diferencia importante: que, en un sistema republicano, el soberano es el pueblo. Todo pertenece, en principio, al pueblo, pues la distribución por patrocinio de recursos ahora públicos es una violación del papel fiduciario de los gobernantes.

La República Dominicana ha conocido dos de los casos más fuertes de la corrupción oficial. El Rey Jorge IV de Inglaterra acumuló deudas importantes, mucho para la construcción de palacios (incluyendo en gran parte el Palacio de Buckingham, donde vive la Reina Elizabeth II ahora) y otros edificios de lujo. Pero las deudas pasaron a sus familiares: la Reina Victoria pago las deudas de su abuelo. El presidente Heureaux acumuló deudas tan grandes para consolidar su poder tras su red de patrocinio que el país no podría manejar. Pero los norteamericanos utilizaron esas deudas para justificar la ocupación del país, y fue su recibidor general de aduanas quien pagó las deudas de Lilís. Sin continuidad del soberano, no hay razón no robar al futuro para un jefe de estado mantenerse en el poder hoy.

Y uno de los cleptócratas más famosos del mundo fue Rafael Trujillo Molina. Su régimen ilustró el poder del estado moderno para sacar recursos del pueblo. Él utilizó herramientas del Siglo XX como empresas y acciones para esconder las transferencias de riqueza a su persona, y conceptos del Siglo XX como la protección del consumidor (por ejemplo, con su monopolio de sal) para justificarlas. Y estableció un ejemplo para el pueblo dominicano que ha sido difícil de superar.

En el Siglo XXI, la corrupción comienza a modernizarse aún más. En mis próximas columnas semanales, se examinará esta transformación, que se puede describir como la transición de una corrupción clientelista a una corrupción legalista. En los dos casos, los gobernantes sacan beneficios financieros de su proximidad al poder política, pero en el segundo caso eso se hace dentro de un marco legal que, en principio, se lo permite dentro de unos límites.

Pero un análisis profundo de la corrupción requiere una definición. El evangelio de Mateo (6:24) nos dice que "Nadie puede servir a dos señores.... No se puede servir a Dios y a las riquezas." Realmente, este verso habla de la tensión entre actuar por sí mismo y actuar por un señor (o Señor). Reconociendo que se trata de un elemento básico de la naturaleza humana, se puede ver el problema de corrupción oficial como un aspecto de lo que se puede llamar, "el problema de Mateo 6:24." En el caso de la corrupción oficial, trata de beneficiarse de la confianza del señor para uno mismo más allá de la concedida. En el caso del estado, es el uso de una confianza pública para ventaja privada.

El poder impositivo y el derecho de conceder tierras son las fuentes principales de los recursos del estado, de los cuales las redes de patrocinio funcionan. En siglos pasados en Europa, los soberanos sabían distribuir los recursos a sus seguidores, con guerras frecuentes para acumular tierras a distribuir. Y aún en asuntos de impuestos internos, tuvieron una solución: el soberano simplemente vendió el derecho para ser colector de impuestos en una zona determinada, y, después de pagar al soberano, las recaudaciones fueron del contratista (una privatización precoz). Podría ser que fue un desperdicio de recursos, pero fueron los recursos del soberano a utilizar según su voluntad.

Este ejemplo ilustra un aspecto importante del problema de Mateo 6:24. Para un señor controlar las actividades de sus subalternos, hay dos maneras: establecer incentivos para quien ejecuta la voluntad de su jefe, o controlarlo directamente, que necesita que se puede observar sus actividades. En el caso de los impuestos del pasado, fue demasiado difícil conocer las actividades de los colectores, pues instituyeron un sistema de recaudaciones fijas, y dejaron a los colectores recaudar lo que pudieron.

En las siguientes semanas, esta serie examinará el papel de los incentivos, de la información, y la tecnología en la evolución de la corrupción oficial. Después, examinará cómo funciona una forma de corrupción oficial moderna, la legalista, como es practicada hoy en Estados Unidos. Terminaremos con lecciones para la República Dominicana y su evolución. Porque el problema de Mateo 6:24 nunca se supera.