Hambre - Niñez y Guerra

El hambre es uno de los grandes desafíos que enfrenta la humanidad en casi todo el mundo.  Cada día mueren de desnutrición 8,500 niños. Según revelan UNICEF, el Banco Mundial, la OMS y la División de Población de Naciones Unidas, se calcula que el año 2017 murieron 6,3 millones de niños menores de 15 años. El impacto es desgarrador, pues cada cinco segundo, muere un niño. En Yemen cada 10 minutos muere un niño de hambre. Hay 155 millones de niños en el mundo sufriendo de desnutrición.

Entre las causas señalamos: la pobreza, desigualdad, las sequías, la desforestación, las guerras, las, los desastres naturales, la falta de acceso a alimentos y otros.

Desde 1945 ha habido ciento cinco guerras, libradas en sesenta y seis países, todas en el tercer mundo. EUA y la Unión Soviética  han resultado ser los grandes protagonistas, mientras el mundo se empobrece, ellos se hacen cada vez más ricos y poderosos.

Prudente y atinado es señalar que las mayorías de las guerras han sido en Asia. Es una de las estrategias de estas naciones poderosas y de sus políticos. Ellos deben pelear siempre en algún otro país. La Unión Soviética y EUA deben pelear en Afganistán. La gente de allí se convierte en un cementerio. Estas poderosas naciones se benefician con venta de armas. Nueve millones de civiles han muerto en guerras convencionales. La sensibilidad se ha perdido, se bombardean ciudades sin importar las consecuencias y las vidas humanas.

Cada minutó millones de dólares de fondos públicos se gastan en presupuesto militar del mundo; mientras mueren los niños en cualquier rincón del planeta, por falta de alimentos y vacunas. Es muy fastidioso saber que 250 millones no han recibido educación básica. Un solo submarino nuclear es igual al presupuesto anual de educación de ciento sesenta millones de niños. En edad escolar en veinte y tres países en desarrollo y hay miles de estos submarinos alrededor del océano en todo el mundo. Con los costosos de estos submarinos, podemos tener recursos para educación, alimentos y toda la nutrición de estos niños; no obstante, el interés no es precisamente ese.

Vemos como la desforestación es uno de los grandes problemas que está conllevando a la desnutrición en sentido general. Los bosques del mundo están desapareciendo a un ritmo de dieciocho - veinte millones de hectáreas al año. Se ventila que en un futuro no lejano, hasta el oxígeno se iría agotando.

Como pueden ver, se hace necesario que los líderes políticos del mundo y los gobernantes de cada nación se unan a los fines de apaciguar estos flagelos que van en contra de la vida de estos niños del mundo.

Dr.Herman Pilier Báez