ONU advierte sobre la crisis de violencia en Haití: más de 1,500 muertos a manos de pandillas

La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió una declaración este jueves, calificando la situación en Haití, azotada por la violencia de pandillas, como un "cataclismo", con más de 1,500 muertes a manos de estos grupos en lo que va del año, instando a una acción "valiente e inmediata" para abordar la crisis.

Según un informe de la oficina dirigida por el alto comisionado Volker Türk, los niveles cada vez mayores de violencia de pandillas en el país han exacerbado la corrupción, la impunidad y la falta de gobernabilidad, erosionando el Estado de derecho y dejando a la población "gravemente privada" de sus derechos.

"La corrupción generalizada y los fallos en el sistema judicial contribuyen enormemente a la impunidad generalizada de las violaciones graves de los derechos humanos, y deben ser abordados con urgencia", afirmó el alto comisionado al presentar el informe. "Es alarmante que, a pesar de la gravedad de la situación en el terreno, sigan ingresando armas. Insto a una aplicación más efectiva del embargo de armas", declaró Türk durante la presentación del nuevo informe.

El informe señala que "factores estructurales y especulativos han llevado a Haití a una situación catastrófica, caracterizada por una profunda inestabilidad política y unas instituciones extremadamente frágiles".

Haití, que ya estaba enfrentando una crisis política y de seguridad, ha experimentado un aumento de la violencia desde principios de mes, cuando varias pandillas se unieron para atacar lugares estratégicos en Puerto Príncipe, con la intención declarada de derrocar al primer ministro, Ariel Henry.

Henry, un personaje muy controvertido, no pudo regresar al país después de un viaje a Kenia a principios de mes. El 11 de marzo, aceptó renunciar y el futuro Consejo Presidencial haitiano, que asumirá el mando del país, se comprometió el miércoles a restaurar "el orden público y democrático".

Según la ONU, "la corrupción, la impunidad y la mala gobernanza, exacerbadas por los crecientes niveles de violencia de las pandillas, han socavado el Estado de derecho y han llevado a las instituciones del país al borde del colapso".

La ONU señala que, a pesar del embargo de armas, "el tráfico ilícito de armas y municiones a través de fronteras porosas proporciona un flujo constante de suministro a las pandillas, que a menudo tienen una capacidad de fuego superior a la de la policía nacional haitiana".

El informe también destaca que las pandillas continúan utilizando la violencia sexual como medio para intimidar, castigar y controlar a la población. Sin embargo, los casos de violencia sexual rara vez son denunciados y suelen quedar impunes.